Esta novela tiene como marco, la colosal Ciudad de México, urbe en la que la vida diurna de sus habitantes se diluye en la espesura de las sombras de la noche, para dar cabida a actividades que entre más se alejan de lo convencional, más peligrosas, profanas o sórdidas se pueden volver.
Es así que el asesinato del Ministro de Justicia, cuyo cadáver es encontrado junto al cuerpo decapitado de otro hombre, en la habitación de un hotel en las afueras de la ciudad, es el punto de partida para la investigación periodística que lleva a cabo Agustín Oropeza, reportero de ‘Tribuna del Escándalo’. Su búsqueda lo introduce al submundo de la prostitución infantil, el tráfico de influencias, la corrupción de funcionarios de las altas esferas del gobierno, así como a la vida nocturna que se desarrolla en burdeles en los que el consumo de alcohol y drogas, la actividad sexual desenfrenada y orgiástica, son sucedáneos que sólo logran amortiguar por corto tiempo la sensación de vacío, la amargura y desolación de un grupo de oscuros personajes que se autodenomina ‘la cofradía’. En tal situación, los miembros de ‘la cofradía’ se van adentrando en actividades cada vez más radicales, como el robo de cadáveres y enfermos en fase terminal, con los cuales realizan un ritual de acercamiento ‘erótico’ con la muerte, al que se han vuelto adictos.